La gente va mirando la pantalla enfocada en París, sin cambiar su semblante aceituno y de una sonrisa escondida. Piensa como muchos, que debiéramos mandar al desolladero todos los fantasmas acosadores y dejar que nuestras ilusiones se asomen y vayan coleccionando alegrías, esas que tanto necesitamos todos para ir redescubriendo en el tramo final de nuestro camino.
No hay manera, parece que estamos condenados a vivir tiempos de esperanzas y tensiones dentro de nuestro muy propio realismo circunstancial. Primero le lloramos a Alexa Moreno (28) mujer ejemplar que ha luchado por años, desafiando los estándares y ha fomentado con su disciplina la diversidad.
Al salir del caballo titubeó pero quedó en el corazón de todos. Dicen los filósofos que sólo el misterio nos hace vivir, pero uno de pronto quiere dejar libre el espíritu de la imprevisibilidad y fijarse en lo real y verdadero, ese que nos dice que somos soñadores y que vamos tejiendo sueños triunfadores pero no tenemos lujos como España que presume a su Nadal haciendo pareja con el no menos famoso Alcaraz, un dueto mágico.
Nos queda si acaso la oportunidad del aplauso y la gran alegría de las chicas del tiro con arco, cuyo trío mexicano obtiene bronce. Alejandra Valencia, Angelita Ruiz y Ana Paula Vázquez que se juntaron como amazonas cuyas flechas bastaron para ahuyentar a los fantasmas del arte. Cuando se gana algún metal para México, uno hasta piensa que está haciendo viajes a un mundo olvidado. Pero luego, otra vez del grito al llanto, cuando vemos a ese par de clavadistas estéticos, valientes y decididos que por nada se fueron hasta el cuarto sitio.
Kevin Berlin, veracruzano de 23 años y Randal Willars (22) de Tijuana, dieron todo cuanto tenían y no fue suficiente. En cada clavado los dos chicos parece que tenían la cabeza iluminada con un halo propio de un santo y no bastó. Se dice que los grandes fotógrafos son capaces de examinar el rostro de la gente con una curiosidad sin asombro. Igual hoy mismo nosotros con la tecnología de cómplice porque hay atletas de una naturaleza exclusiva, irrepetible y autosuficiente como Simone Biles (27), cuyos padres eran adictos y fue adoptada por sus abuelos.
Es la gimnasta más laureada de todos los tiempos con 37 medallas entre olímpicas y campeonatos mundiales. Superó con otras chicas de alto nivel violaciones del depredador médico Larry Nassar y atestiguó por ello ante el Gran Jurado.
Está lesionada de la pantorrilla izquierda pero igual ha competido en cuatro disciplinas: potro, piso, viga de equilibrio y barras asimétricas, porque es de esas almas a las que uno tiene ganas de asomarse, porque irradian pasión, están en el retorno turbador de un pasado cancelado y poseen la fórmula para rememorar e inaugurar nuevas aventuras viajeras y hasta existencialistas. Ante tanta belleza, espectáculo y arte, ¿alguien va a pensar en la Leagues Cup?.
Lo mejor sería estar pendientes del Premundial Sub 20 de la Concacaf, donde la selección mexicana se la está jugando con los centroamericanos, brillando nuestro Stephano Carrillo, goleador con siete. Ya vendrá pronto para ayudar a Santos Laguna, antes de que éstos decidan venderlo, como a tantos otros, para depositar al equipo en el camino que han trazado, deliberadamente laberíntico.
