Es una afección que consiste en presentar pensamientos (obsesiones) y rituales (compulsiones) una y otra vez. Estas interfieren con su vida, pero no puede controlarlos ni detenerlos».
No se conoce la causa del TOC (trastorno obsesivo compulsivo). Es claro que la gente interpreta al mundo del modo que lo ve. Y si es apasionado, con la vocación imparable de ser él mismo, ese individuo si anda en amores fallidos o en tendencias como el futbol, terminará en el exilio, en la soledad o incluso en el manicomio.
Por ello son afortunados aquellos que se unen al tren feliz del beisbol, garantía de espectáculo, que tiene la capacidad de ahuyentar a los zombis que roban felicidad, esos capitanes del tedio, esos soldados de la desgracia que cruzan por todos los caminos. La Serie Mundial del sueño entre los eternos rivales.
Ellos nos rescatarán de vivir repitiendo frases, del desorden, de la simetría y de ir por las calles contando baldosas.
La inspiración no sabemos de dónde viene, lo que sí conocemos es que tenemos corazón acelerado, porque se sienten sus latidos y los medios actuales, nos hacen mejores a los viejos, porque hemos vivido en los tiempos de muchos héroes del diamante. A otros más lejanos los conocimos leyendo y quizá oyendo a Buck Canel (19061980), el legendario locutor neoyorquino que nos hizo imaginar con su voz a esos ídolos. Nos hizo quererlos sin siquiera conocerlos.
La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha. El TOC también viaja al beisbol y nos introduce porque es una obsesión, después de todo, porque las historias se despliegan cuando están listas, como ahora mismo estamos pendientes de Soto, Rizzo, Treviño, Wells, Berti, Cabrera, Chisholm Jr., LeMahieu, Gleyber, Cole, Verdugo, Stanton, Gil, Hamilton, Rodón, con su superastro Aaron Judge, pero temiendo, al fin obsesionados, del patrón Ohtani (30) y toda la tribu de Dodgers.
En octubre, la familia debe comprender que las compulsiones vienen por la pasión que se genera, pues éstas no son historias de culpa, de tormenta o inferioridad y ahora somos como una especie de fantasmas que tiene sí la ilusión encima, pero también el rosario a la mano y de repente en estas noches uno sueña con los viejos gigantes y ese TOC nos lleva a a tenerlos presentes, pues dicen, quieren jugar su propia serie. Y hablan de su novena.
El mánager sería Casey Stangel (1890-1975). Escribe en el pizarrón: Tony Lazzeri (19091946) en segunda. Phil Rizutto (1917-2007) en el campo corto. Joe Dimaggio (1914-1999) centro filder. Mickey Mantle (19311995) en el jardín derecho. Lou Gehrig (1934-1941) en primera. Roger Maris (1934-1985) en el left. Clete Boyer (1937-2007) en tercera. Truman Munson (1947-1979) catcher; y está por decidir si abre con Jim «Catfish» Hunter (1947-1999) o con Whitey Ford (19282020).
¿Trastorno obsesivo compulsivo?
La vida en pobreza debe quedar atrás, como una experiencia romántica. Vivamos con fervor subido, con nuevas historias en despliegue, porque somos como una especia de fantasmas, de esos hechos de amores e ilusiones, no debe importar si es con TOC, pero con el lenguaje justo, con la capacidad constante de la antiguedad clásica que nos abrace a todos, unidos con amor por el juego.