Claudia Berrueto e Ivonne G. Ledezma, una amistad gestada por la poesía
Se coincidieron en Torreón hace dos décadas, en una lectura del fallecido poeta Alí Chumacero. La poesía les ha otorgado muchos regalos a Claudia Berrueto y a Ivonne G. Ledezma, entre ellos su amistad. Por eso han decidido retornar a la ciudad, para presentar junto a Lucila Navarrete dos de sus libros: Bajo el mármol lunar y Sin marcas de ese viaje, en un evento gestado en Casa Mudéjar y organizado por el Instituto Municipal de Cultura y Educación (IMCE).
Faltan quince minutos para las siete de la tarde y ambas poetas coahuilenses están en la galería. Se les pregunta si piensan que la amistad es en sí misma un acto poético, ambas asienten: lo es, todo el tiempo, de lo contrario no sería amistad.
“Porque no es una coincidencia ni es una casualidad. Creo que venimos de otros lugares en el tiempo, que de pronto nos acomodan de nuevo. Es como decía Octavio Paz sobre el amor: uno no conoce al amor de su vida, uno lo reconoce. Pienso que también las amistades se reconocen, no se conocen. La prueba es que no todos los amigos se quedan en nuestras vidas, porque cumplieron su ciclo con nosotros. Pero pienso que la amistad que es una certeza, permanece en el tiempo”, indica Claudia Berrueto.
Incluso esa amistad está presente en las páginas de sus libros. No necesariamente en los versos, sino en un registro intangible del acompañamiento que mutuamente realizaron en sus respectivos procesos.
“Si alguien sabe qué es lo que hay detrás de cada poema de mi libro, esa es Claudia. Sabemos la historia. Sabemos la historia de los textos, por lo mismo de la amistad”, agregó Ivonne G. Ledezma.
Respecto a sus poemarios, Ivonne G. Ledezma compartió que se trata de una obra que trabajó desde hace tiempo. En su proceso se distinguen diferentes etapas, tres o cuatro libros que ha unido al momento de decidir publicar.
Mientras que el de Claudia Berrueto (quien recientemente es un poemario que la autora trabajó durante la pandemia, que escribió de noche y donde brotan grandes influencia, la reflexión sobre el fin del mundo y la incertidumbre ante una enfermedad desconocida.
Las poetas se instalaron junto a Lucila Navarrete en el patio de Casa Mudéjar, ante una buena afluencia de gente. Conversaron sobre sus obras y la vida, esa vida que las ha unido a través de la poesía.