Producción nacional de vino. (DIANA GONZÁLEZ)
Con el propósito de fortalecer la genética de los viñedos mexicanos y elevar las acciones fitosanitarias de prevención y control de plagas y enfermedades que representen riesgos para la producción nacional de vino, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) impulsa el establecimiento de viveros certificados que cumplan con las más estrictas regulaciones nacionales e internacionales en materia de sanidad e inocuidad.
El proyecto, promovido por el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) y la Embajada de Francia en México, busca que los productores mexicanos tengan a su alcance plantas de vid nacionales y certificadas, lo que abatirá costos por importación de material vegetativo proveniente de Europa.
Se trata de un paso natural para fortalecer las capacidades de los productores mexicanos, con base en metodologías exitosas a nivel internacional, destacó el director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Javier Calderón Elizalde, en reunión con representantes del CMV y de la Embajada.
Ofreció el apoyo del organismo de la Sader para participar en las visitas de diagnóstico que harán los especialistas franceses a unidades de producción de diferentes estados, con el fin de identificar las variables del proyecto, sobre todo en materia de sanidad vegetal, calidad de suelos y adaptación de plantas al cambio climático.
Indicó que el Senasica cuenta con hojas de requisitos vigentes para la importación de material vegetativo de Francia, que la industria puede consultar, con el objetivo de avanzar en el proceso administrativo.
Refirió que también cuentan con el acompañamiento técnico de la Dirección General de Sanidad Vegetal para incrementar la participación de los productores de vid en las labores sanitarias que se aplican para combatir plagas endémicas de importancia cuarentenaria, como el piojo harinoso de la vid.
Precisó que en las principales regiones productoras, como el Valle de Guadalupe, Baja California, el Senasica ofrece de manera continua capacitación al sector vitivinícola y opera estaciones de cuarentena para regular la entrada de material propagativo.
El presidente del CMV, Salomón Abedrop López, consideró que la alianza con Francia impulsará la competitividad de la industria mexicana del vino, ya que se podría reducir sustancialmente el costo de las plantas certificadas.
Actualmente, detalló, para cultivar una hectárea se necesitan alrededor de cinco mil plantas, que se importan a un costo promedio de tres euros por ejemplar, y casi la mitad de ese precio se debe al transporte y almacenaje del material vegetativo.
El consejero agrícola de la Embajada de Francia en México, Alexander Martin, explicó que el Instituto Francés de la Vid y el Vino opera esquemas de colaboración con diferentes países, con el fin de proveer plantas sanas, eficientes y adaptadas a las necesidades de cada socio, con alrededor de 600 variedades.
Indicó que una delegación encabezada por la directora del Centro de Selección de la Vid, Anastasia Rocque, visitará regiones productoras de Baja California, Chihuahua, Coahuila y Querétaro, para evaluar las características de los huertos y reunirse con organismos científicos.
En la reunión también participaron los directores de Regulación y de Protección Fitosanitaria del Senasica, Israel Cueto Espinosa y José Manuel Gutiérrez Ruelas, respectivamente.