La vicepresidenta Kamala Harris. (ARCHIVO)
Estados Unidos tuvo sus elecciones presidenciales el pasado 5 de noviembre. En ellas el republicano Donald Trump se alzó con el triunfo al conseguir los votos requeridos del Colegio Electoral y el voto popular.
Con ello, Donald Trump logró una hazaña que los republicanos no tenían en años, sin embargo a raíz de la derrota de Kamala Harris, cierto grupo mayormente demócrata se centró en señalar culpables, especialmente entre las minorías como los latinos, quienes en esta ocasión apoyaron en mayor cantidad al expresidente que en otras ocasiones.
Y es que si bien la campaña de la vicepresidenta tuvo numerosas fallas, una de las caídas principales fue en el apoyo hacia su partido. Por un lado Donald Trump sumó más votos, 2.5 millones, comparado a los obtenidos en los comicios de 2020; pero Kamala Harris y con ella el bando demócrata perdieron 7.1 millones de votos.
Como reacción, principalmente en redes sociales y foros en línea sectores liberales que habían apoyado a Harris aplicaron el discurso usado en México de “disfruten lo votado” para expresar su "deseo y esperanza" de que aquellos latinos que votaron por Trump sean deportados o en su caso los familiares que fueran irregulares; las mujeres tengan complicaciones durante el embarazo (en referencia a la limitación al aborto aplicada en Estados Unidos, llegando hasta su casi prohibición, incluso si se presentan problemas médicos); que los trabajadores perdieran sus empleos y más.
En otros casos cuando se les señaló la falta de acción por Kamala Harris para frenar el envío de armas o un verdadero cese al fuego en la Franja de Gaza donde expertos internacionales e incluso la ONU recientemente han externado que Israel estaría cometiendo un presunto genocidio contra el pueblo palestino; los comentarios iban en el sentido de esperar que Gaza fuera convertido en “un estacionamiento” una vez entrada la administración de Trump, quien ha sido un firme aliado del primer ministro Benjamín Netanyahu.
En redes sociales circularon mensajes no cuestionando a Harris por cambiar su política respecto a Gaza, un tema de gran importancia para la población musulmana y los jóvenes, quienes habían apoyado a los demócratas por décadas, pero teniendo el compromiso de Biden con Israel como ejemplo, no podían confiar en la vicepresidenta.
De forma que la reacción cruel de quienes apoyaron a Harris tiene un eco en la frase “raspa a un liberal y un fascista sangra”.