Es de desearse que haya resultados positivos de la visita realizada ayer por una comitiva gubernamental federal y una mínima representación espuria de familiares de los 43 al cuartel del 27 batallón de infantería en Iguala.
De no haber tales resultados provechosos y genuinos para la causa de verdad y justicia en el caso de los normalistas desaparecidos en tal ciudad de Guerrero se estaría en presencia de una simulación buscadora de efectismos, de una continuidad del encargo infame de división y dolo que ha ido desarrollando el subsecretario de Gobernación, Arturo Medina, como parte de la desarticulación gubernamental de las instancias, institucionales y ciudadanas, de indagación legítima de lo sucedido con los jóvenes de Ayotzinapa.
La singular visita fue anunciada a las 8:54 de la mañana de este martes por el propio subsecretario Medina, en su cuenta de X: "Estamos de camino al Municipio de Iguala, Guerrero, tenemos programada una importante jornada de búsqueda instruida por al Presidente de México @lopezobrador_ . Participarán, @FGRMexico, @SEGOB_mx , @Busqueda_MX, @SEDENAmx. También invitamos a las madres, padres de los jóvenes desaparecidos y sus representantes, así como a la @CNDH.".
De entrada, llama la atención la caracterización de dicha "jornada de búsqueda": el subsecretario la califica de "importante" y destaca que fue "instruida por el presidente de México". Es decir, necesariamente fue un hecho excepcional, al que incluso se convocó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, tan cercana al poder ahora como antes lo fue con otras administraciones gubernamentales.
Pero el tufo a engaño o manipulación es percibible en el punto relacionado con la invitación "a las madres, padres de los jóvenes desaparecidos y sus representantes". En realidad, el subsecretario Medina, ejecutor de instrucciones superiores, se acogió en primera instancia a la misma fórmula ruin ya antes utilizada: simular que dos "padres de familia" representan al grueso de ellos y que, con esa "representación" espuria, se pueden validar maniobras gubernamentales que abonen la idea, falsa, de que se avanza en la búsqueda de verdad y justicia.
Los dos personajes habilitados por Gobernación como "avales" han sido denunciados por el grueso de los familiares de los 43, por considerarlos materia de manipulación y división desde el gobierno federal y aliados de factores criminales guerrerenses como el expresidente municipal de Iguala. En el ámbito de Gobernación se ha ido explorando la posibilidad de que con las firmas de estos dos "representantes" de padres de familia (uno de ellos ha sido señalado de no serlo) se puede dar por "legitimado" el cierre de expediente obradorista que será endosado al claudista venidero.
Por lo pronto, tal como se preveía, la "importante jornada de búsqueda", "instruida" por el presidente López Obrador, desembarcó en las instalaciones militares de Iguala, con el propósito de "demostrar" que sí se está indagando a fondo la participación militar en la tragedia de hace casi diez años. Felipe de la Cruz, uno de los dos convocados a la visita de ayer, aseguró que "hoy le tocó a unos padres y mañana a otros", y mencionó que lo sucedido es "parte de la voluntad y del compromiso del Presidente (Andrés Manuel López Obrador)". Y que, ante las acusaciones de que se protege al Ejército y se ocultan pruebas, "hoy (AMLO) dijo: bueno para que se disipen dudas, que se busque dentro del cuartel".
Habrá de verse si los padres de familia no manipulados participan en una segunda o tercera tanda (la búsqueda será por tres días, señaló De la Cruz). Aún así, es evidente que el fondo del asunto no se queda en lo inmobiliario, mucho menos a casi diez años de distancia, sino en el esclarecimiento puntual de los hechos y la asignación de responsabilidades penales, incluyendo especialmente a los militares, inequívocamente involucrados. Pero, como se apuntó al inicio de esta columna: es de desearse que haya resultados positivos en esta autorizada incursión a un cuartel militar. ¡Hasta mañana!