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Los números de UL en 2024

JUAN ANTONIO GARCÍA VILLA

Durante la temporada regular 2024 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), Unión Laguna jugó 90 encuentros, de los que ganó 51 y perdió 39. Con estos números, ocupó el cuarto lugar en la Zona Norte, sumamente competida, y la quinta posición si se consideran los veinte equipos que conforman toda la Liga. La participación, pues durante la campaña no estuvo mal, pero ni remotamente a la altura de lo que la afición esperaba.

Las expectativas eran grandes, luego del grato sabor de boca que dejó la postcampaña de 2023, que de alguna manera le hizo olvidar al aficionado la dolorosa derrota de la serie final frente a los Pericos de Puebla, serie que se debió haber ganado y se perdió por varias pifias en el terreno de juego y pésimas decisiones de dirección, que en este espacio se analizaron hace casi un año.

Si las expectativas de la afición para este 2024 eran de franco optimismo, no menores debieron haber sido las de la directiva. Porque nadie mejor que quienes la integran conocen de cierto los recursos destinados a la conformación del roster, para evaluar si los resultados obtenidos armonizan con su monto, en general durante la campaña, en particular en lo correspondiente a la postemporada y específicamente por lo que hace a la serie frente a Tecolotes. 

Seguramente que no. Del océano de estadísticas que el deporte llamado beisbol genera, hay dos numeritos clave que lo dicen casi todo: uno se refiere al pitcheo y el otro al bateo. Los que saben de esto dicen que uno y otro no tienen la misma importancia, es decir, que su ponderación es diferente. Lo anterior, más en serio que en broma, aunque parezca lo contrario, lo explicó el gran Yogui Berra así: En el juego de pelota, el noventa por ciento del éxito está en el pitcheo, y el otro cincuenta por ciento en el bateo. En el caso del pitcheo, el indicador sustantivo es el de la EFECTIVIDAD.

Ésta se puede medir individualmente para cada lanzador, de conjunto para todo un equipo, o bien la correspondiente a la rotación de pitchers abridores del mismo o la de su cuerpo de relevistas (bullpen). La efectividad mide el número de carreras limpias admitidas por cada nueve innings lanzados, de manera tal que será mejor en la medida en que tienda a ser cero.

Durante la temporada regular 2024, el pitcheo colectivo de UL fue de 4.79, el noveno mejor de los veinte equipos de la LMB, es decir, mediano. Pésimo el de su staff de abridores y notablemente mejor el de su cuerpo de relevistas. No se aportan más datos numéricos para no enredar al lector. Si para la próxima temporada no se incorporan al equipo al menos dos buenos lanzadores abridores, confiables y seguros, las expectativas no serán muy halagüeñas.

En los diez encuentros de postemporada que jugó UL en 2024, la efectividad de su pitcheo fue de 2.80, en apariencia mejor que la de la campaña, aunque no necesariamente porque al respecto se debe de considerar que los juegos de playoff tienden a ser de bajo carreraje. Por lo que hace al bateo, el dato clave es el relativo al PROMEDIO, que asimismo se puede determinar para cada bateador (en cuantas modalidades se quiera: en gira, en casa, frente a pitchers zurdos, frente a derechos, según turno al bate, en juegos diurnos, en juegos nocturnos, y un largo etcétera), o colectivo de todo el equipo, o bien, por grupos de jugadores. Mide el promedio de imparables por turnos legales al bate. 

Durante la temporada regular, UL registró un promedio o average de bateo de .281 (menos de tres hits por cada diez turnos oficiales al bate), el undécimo lugar entre los veinte equipos de LMB, y que en los diez juegos de la postemporada se desplomó a .223. Aunque de menor importancia si se compara con el pitcheo, según dijo Yogui Berra, el bateo de UL amerita un análisis detenido.

Si se exceptúan tres jugadores (Nick Torres, Jonathan Villar y Allen Córdoba, y este último no en la postemporada) el bateo ni remotamente estuvo a la altura, incluido por supuesto Didi Gregorius, que quedó a deber bastante. Un caso ilustra bien el fracaso: el refuerzo que se trajo exclusivamente para la postemporada Gregory Bird, en los nueve juegos en que participó, bateó para un pobrísimo .115. Se dice que jugó lesionado. Muy mal si en efecto así fue. Se impone continuar estos comentarios.

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