Con tantos cambios políticos que se están dando a nivel mundial, me parece importante que recordemos algunos términos que se utilizan en este tipo de casos.
Aquí tiene usted uno: la voz latina referéndum que se refiere a una consulta que se hace a los ciudadanos para que ellos decidan si se ratifica una ley o determinados actos de la autoridad. ¿Quieren que aprobemos esta ley? o ¿quieren que a este funcionario le demos gas —o sea, que lo corramos—? Entonces ya se hace una votación para ver qué opina la mayoría. Esto es porque en la vida política de un país, cuando se va a tomar una decisión trascendente, las fuerzas vivas —bueno, unas vivas y otras medio torpes— es difícil que se pongan de acuerdo.
Entonces dicen unos: “Bueno, vamos a hacer un referéndum” mientras que los otros exclaman “Mejor vamos a hacer un plebiscito…” “¿Qué les pasa? Lo que se necesita aquí es un referéndum”. Y los otros: “¡Protestamos! ¡Lo que necesitamos es hacer un plebiscito!” Y así se la pasan. Después de media hora de discusión a alguien se le ocurrió buscar un diccionario y se dieron cuenta cuál es la diferencia entre uno y otro. Le mencioné al principio de esta columna lo que es un referéndum, el que por lo general se aplica a cuestiones políticas.
También puede ser la decisión de declarar la guerra a un extraño enemigo que anda osando profanar con su planta el suelo patrio.
El otro significado de referéndum sólo se usa en el medio diplomático. En ese caso es un documento en el cual, desde la sede diplomática de un país, se piden instrucciones al gobierno para tomar una decisión trascendente.
El plebiscito, en cambio, es una consulta que los poderes públicos someten al voto popular directo para que apruebe o rechace una determinada propuesta sobre soberanía, ciudadanía, poderes excepcionales, etc. Plebiscito deriva de plebi que es “lo del pueblo” en latín… de ahí también tiene usted la palabra “plebe” que tanto se usa para designar a una persona del pueblo, o la “plebada” que es como “la perrada”, la gente en general, el pueblo en sí.
Y bueno, también plebiscito tiene la partícula scitum que significa decreto. Entonces el plebiscito es el decreto para el pueblo. La diferencia básica estriba en que mediante el referéndum se ratifican o no, leyes o actos ya establecidos, mientras que con el plebiscito se aprueba o desaprueba el establecimiento de leyes o actos para que entren en vigor. Así mero.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. [email protected] X: @donjuanrecaredo
ME PREGUNTA Ignacio Hernández: ¿Se escribe “asimismo” junto o separado?
LE RESPONDO: Así mismo y asimismo tienen igual significado y es correcto de las dos formas. Se aplican como “también, igualmente, de la misma manera”. Existe también: “a sí mismo”, como en “se lo regaló a sí mismo”. En ese caso es la preposición ‘a’, luego el pronombre ‘sí’ y finalmente el adverbio ‘mismo’.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: La mujer bígama tiene un hombre de más. La monógama también.
