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Las palabras tienen la palabra

Entre tomates y tomatillos

JUAN RECAREDO.-

¿De dónde viene el tomate? Pues del campo… o del supermercado, como diría cualquier joven que nunca ha pisado más allá del suelo citadino.

¡No! Yo me refiero a la palabra tomate, y sin mucho batallar, nos damos cuenta de que su origen es náhuatl: tomatl y ahí donde lo ven, como que no quiebra un plato, el vocablo tomate ha generado infinidad de polémicas y ha llegado a provocar que más de un académico sienta el deseo de agarrarse a tomatazos con alguno de sus colegas para arreglar sus diferencias con referencia al tomate y sus similares. Para nosotros, en el norte del país, el tomate es el rojo, el que se define académicamente como el fruto de la tomatera y que es del tamaño de una manzana. 

El tomatillo verde que trae una cubierta delgadita, para los norteños es el “tomate de fresadilla”. Pero en otras regiones del país, empezando por la capital, lo que para nosotros los del norte es tomate, para ellos es jitomate que en sus raíces náhuatl viene siendo “tomate de ombligo”. En nuestra lengua aborigen xitli es ombligo y tomatl es el tomate propiamente dicho. 

Lo curioso es que si examina uno al tomatillo verde se da cuenta que, aunque es más pequeño, es igual al otro, al tomate rojo, por lo menos en lo que respecta a la forma y a que también tiene ombligo.

Entonces si al rojo se le llama jitomate porque tiene ombligo y el verde también lo tiene, ¿en dónde está la diferencia? Pues en el color o en el tamaño, pero no en el ombligo. Ahora me alejo de los tomates y los tomatillos para citar otras palabras que llaman la atención por su etimología. 

El páncreas, por ejemplo, que es una glándula blanda y carnosa. Las raíces de su nombre pueden traducirse como “es todo carne”, eso significa páncreas. Otro caso es el del adjetivo “oportuno” que se aplica a algo que es favorable para determinado propósito. Etimológicamente significa: “viento que sopla hacia el puerto”.

Es decir, que lo oportuno es algo que nos conduce con certeza a la realización de un objetivo… ¿qué le parece? Hay palabras a las que difícilmente le vemos la relación con sus raíces, hasta que le escarbamos un poquito como el caso de los cálculos. ¿Por qué se les llama cálculos a las piedras que aparecen de pronto en el riñón o la vejiga causando dolores terribles al paciente? Lo que pasa es que calculus en latín es una piedrita y los pueblos antiguos usaban para contar un primitivo ábaco hecho con piedritas. Por eso se quedó el verbo calcular para hacer operaciones matemáticas, porque nuestros antecesores lo hacían ayudándose precisamente con piedritas. Pero eso, ahora, tenemos calculadoras, pero aún en esa palabra, la raíz de calculus como piedrita sigue estando presente. ¡Así son las etimologías! 

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. [email protected] X: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Genaro Franco: ¿Qué es un panegírico?

LE RESPONDO: Un panegírico es un discurso en alabanza a una persona.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: El amor hace que sin darnos cuenta se pase el tiempo. El tiempo hace que, sin darnos cuenta, se nos pase el amor.

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