Dos partidos que por lo menos el Santos no perdió aunque los dos miserables puntos que se ganaron de poco servirán. Se habla más de otras cosas, por ejemplo de las pobres entradas que se registran en el TSM, en el partido contra los cañoneros este viernes pasado el sonido local ya mejor ni anunció el número de asistentes.
Sé por mi colega y amigo Daniel Velasco que el comisario reportó un poco más de seis mil aficionados, se me hacen pocos por lo desierto de las tribunas pero pues hay que creer en la cifra oficial.
Santos en su doble localía anotó solamente un gol y de milagro solamente recibió uno, tanto Mazatlán como Pachuca tuvieron más opciones de gol que los muchachos de un Nacho Ambriz que se me hace increíble que siga ahí en su puesto. Mientras más rápido se vaya, mejor. Santos no crea casi ninguna opción clara de gol, el que anotó el Choco contra los Tuzos del Profe Almada fue una “asistencia” del Chaka Rodríguez.
Este equipo se sigue manejando en la ignominia y la incapacidad con una urgencia tremenda de que ya termine esta pesadilla de torneo. Así no se puede, no hay reacción alguna, hay una especie de neblina espesa sobre este grupo de jugadores.
Se acaban las palabras para describir tanta ineficiencia combinada con indiferencia , el equipo según esto sale tocando la pelota, da pena ajena, contra Cruz Azul podría darse un marcador de escándalo si la Máquina respeta el jugar igual los 90 minutos.
Se viven pues los peores tiempos del santismo sin lugar a dudas y lo peor de todo, ahora sin su gente, la afición guerrera en su mayoría le ha dado la espalda a este equipo maltrecho y hecho con toda intención débil, mediocre, sin margen de error. Se están cosechando los errores y las pifias pero más que nada las acciones hechas con toda intención para gastar menos y pensar que en el deporte suceden los milagros. La situación no cambiará pronto lamentablemente.