Se cae la venta de pan hasta un 40 por ciento por vacaciones escolares
Una baja en las ventas de hasta un 40 por ciento se experimenta en la actualidad en el sector panadero debido a las vacaciones escolares, pues tanto el francés como el pan dulce suele ser utilizado por las mamás para la preparación del refrigerio de los niños.
Pedro Ávila Aguilera, consejero de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), comentó que se trata de un ciclo que ocurre cada año, pero confió en que las ventas se recuperen en los próximos meses, tanto por la temporada de lluvias como la llegada de temperaturas más frescas para la región lagunera.
"Ahorita la industria panificadora sufre una caída en las ventas debido al periodo vacacional de los niños, y aunado a las temperaturas que estamos viviendo, como quiera ha bajado un poco en el termómetro y eso ha evitado un poco que las ventas desciendan aún más, hemos ido saliendo y esperando, pues ya sabemos que esta temporada es cíclica, cada temporada de verano y se junta con la salida de los niños a vacaciones, entonces bajan las ventas", comentó.
Señaló que, dependiendo del establecimiento, las ventas pueden bajar entre un 30 hasta un 40 por ciento, pero reiteró que los negocios deben estar preparados para enfrentar esta temporada, pues cada año el comportamiento del mercado lagunero resulta muy similar, de forma que se recomienda cuidar la productividad y los inventarios, a fin de no sufrir mermas y mantener la calidad del producto.
"Sobre todo, hacer el producto con la mejor calidad para que la gente nos siga prefiriendo", expresó.
La curva que normalmente se experimenta en la región en función de las ventas del pan cae conforme va avanzando la temperatura calurosa, desde junio, julio y agosto, pero con el regreso a clases, la incidencia de lluvias y sobre todo, las temperaturas frescas, se recupera la afluencia de clientes en estos establecimientos.
En este sentido, a partir del mes de octubre es cuando se reflejan buenas ventas en la industria panificadora, con la producción del "pan de muerto", que se mantiene en noviembre y va aumentando conforme llegan los frentes fríos al territorio lagunero.
