Esta semana les quiero platicar algo que me pasó y que causó estragos en mi persona, porque muy a mi pesar, este suceso hizo que hoy me duela el pie, y también me hizo aprender a odiar algo tan pequeño e inofensivo como unos LEGOS, y pensar que los LEGOS son lo peor que existe. Y ustedes se preguntarán: ¿Por qué una señora de 40 años esta hablando de LEGOS y porque pudiera llegar a odiarlos? ¿Y yo por que sigo leyendo sobre algo tan banal?
Por favor no dejen de leer ya que esto se pone interesante. Se los prometo. El punto de mi argumento es que, ayer, a la una de la mañana me paré por mi snack de la noche, porque ¿A quién no le encantan unas Chips Fuego a la mitad de la noche? Y ¿Con qué me encuentro? Con mi hija adolescente sentada a la mitad de la sala, haciendo un cohete de LEGOS; ¿No les parece raro que un adolescente este a mitad de la noche armando legos en lugar de estar chateando o haciendo tik toks?
Pero mi hija es "rara" y yo ya estoy acostumbrada a que me digan que mi hija no es "normal" aunque para mi esa rareza sea el regalo mas grande que dios me ha dado y esa noche viendo a mi hija hacer sus rarezas a mitad de la noche, me pasó lo que les pasa a todos los papás de estos niños "raros" que arman legos, y no solo en la madrugada, sino a cualquier hora del día; pisé una pieza, probablemente la pieza más chiquita y estoy segura de que hasta a mis vecinos desperté con el grito que pegué.
Después de medio saltar y medio caminar hasta mi cama, me quedé pensando en los adolecentes de hoy… y porque mis hijas no son como ellos. ¿Qué habré hecho mal? O, mejor dicho, ¿Qué habré hecho bien?
La mayoría de mis conocidos ven a la sociedad y por ende a los chavos, como si fuera el aparador de una tienda de ropa. Todos los maniquíes tienen que ser idénticos, deben de verse igual, y mas que nada, todos se tienen que ver perfectos. Por lo menos en el circulo de gente que yo conozco y en el que me muevo, hay ciertos estándares que las personas tenemos que cumplir. En especial los adolecentes, y no estoy muy segura de que estoy de acuerdo con ellos.
Mi hija tiene 17 años y es un "ratón de biblioteca", no hay momento en el que no se le vea con un libro en la mano. Entiéndanme, no sale de mi casa sin su libro, puede dejar su celular, puede dejar sus zapatos, pero el libro, ese nunca. Le encanta aprender cosas nuevas, estudiar, e ir a la escuela, nos marea diario con sus datos curiosos y sus chistes de física. ¿Alguien me explica que tiene de chistoso el "torque", es más qué es un torque? ¿La gravedad? Como ya saben, arma legos, hace sopas de letras y sudokus y en este preciso instante, la tengo aquí junto a mi rogándome escribir para ustedes algún día. ¿Ustedes que opinan? ¿La dejamos?
Todo esto, la hace una adolecente "NO Normal" para los estándares de lo que hacen los adolescentes hoy en día.
Tristemente, para mi forma de ver, la sociedad espera que nuestros hijos estén de fiesta siempre, los jueves, los sábados, y ahora que estuvieron en escuela en línea, también lunes, martes y miércoles. Que sean los más populares, y que las niñas estén flacas y casi casi todas uniformadas con ropa que muchas veces no va con la edad que tienen, que tengan novios desde muy chicas. Pero cuidado, no se vallan a pasar porque entonces las consideran fáciles.
¿No tienen un millón de amigos? Raros.
Leer es algo extraño. No puedo contarles la cantidad de veces que le han dicho, ¿Cómo? ¿Lees? Ay que raro, que rara eres….
¿Leen? Nerds.
Y ya ni se diga de tener una buena relación con sus papás. ¿Hay alguna regla que dice que los adolecentes tienen que odiar a sus papás de la cual no estoy enterada? Me gusta pensar en mis hijas como mis mejores amigas, mis confidentes y mis consejeras. Hasta me voy a atrever a decir que son "mi grupito", que ahora ya tiene tanta importancia entre los chavos. No valla a ser que no tengan un grupo fijo, pero bueno eso es otro tema. Y luego veo por otros lados, como los chavos se avergüenzan de sus papás, como les gritan y les faltan al respeto. Como esos papás no saben nada de sus hijos. No es poco común escuchar como dicen "Ay no yo no le cuento nada a mis papás porque que oso" ¿Qué oso? Eso tiene que cambiar. ¡¡¡Señores, tenemos que estar involucrados en la vida de nuestros hijos!!! A nadie le gusta vivir con un extraño.
¿Se llevan con sus papás? Tetos.
Yo me centro más en las expectativas para las mujeres porque bueno, tengo dos hijas. Y esta es una muy grande. El 90, 60, 90. ¿Les suena familiar? Si nunca has escuchado del concepto, te lo presento. Son las medidas 'perfectas' para una mujer. Las redes sociales han puesto expectativas casi impasibles para las mujeres, ¿no tienes esas medias? Estás gorda, y de ahí no los sacas. No entendemos que hay diferentes tipos de cuerpos, sin quererlo, sometemos a nuestras hijas a un mundo que no es real, creando una mentalidad en la que nunca son lo suficiente. Y sin darnos cuenta, ya nos odiamos. Increíble, ¿no?
¿No tienen el cuerpo perfecto? Feas.
Todos estos estándares nos han encerrado en una caja de cristal, ¿Por qué no podemos escoger quien queremos o no queremos ser? Caminamos sobre un camino que nos han pavimentado, con una dirección que ni escogimos. ¿Por qué no se celebran los diferentes gustos? Nos olvidamos de que las personas no somos perfectas.
Atrévanse a pisar afuera de las líneas que la sociedad nos pone. Animen a sus hijos a ser diferentes, y a hacer lo que les apasiona. Aliéntenlos a no ser niños normales.
SIÉNTANSE ORGULLOSOS COMO YO DE NO TENER UNA HIJA NORMAL
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