La relación tensa entre el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, y el gobernador del estado, Manolo Jiménez Salinas, dieron pie a que el primero dejaría su puesto entre el mes pasado y el que está corriendo. Se esperaba primero que transcurrieran los primeros seis meses para que en caso de que el alcalde Cepeda dejara su cargo, el Congreso local designara a su sustituto para concluir el periodo para el que ha sido en este caso relecto el propio Cepeda González (2025-2027). Aun siendo el gobernador y el edil compañeros en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sus diferencias han sido motivo de especulación, maniobras internas y rumores sobre una posible renuncia. Aunque esa salida parece descartada, los efectos de la tensión se han materializado en una reconfiguración profunda de la administración municipal. Parece inminente que, si bien no se irá, el presidente municipal de Torreón ha tenido que ceder muchos más espacios en su gobierno, que los que hubiera que tenido que dejar de no haberse confrontado como lo hizo con Jiménez Salinas.
El desgaste de la relación entre Cepeda y Jiménez comenzó desde el proceso interno del PRI para definir la candidatura a la gubernatura. Diversas fuentes señalan que Román Cepeda habría manifestado interés en competir por el cargo, lo que fue interpretado como una afrenta directa a la línea oficial del partido - en ese entonces en realidad al gobernador Miguel Riquelme, como es costumbre en el priismo-, que respaldaba a Manolo Jiménez. Esta "rebeldía" no fue bien recibida por el entonces candidato, y desde entonces, la distancia entre ambos se ha hecho cada vez más evidente.
A lo largo de los últimos meses, se ha observado una falta de coordinación institucional entre el gobierno estatal y el municipal. Cepeda ha sido excluido de eventos oficiales, y su autonomía en temas como seguridad pública ha sido motivo de controversia. En 2024, el alcalde anunció que prescindiría de los elementos policiacos estatales asignados a Torreón, lo que fue interpretado como un desafío directo al gobernador. El resultado es de todos conocido: una manifestación de algunos oficiales de la policía municipal de Torreón que derivó en la remoción del director que estaba en el encargo y la designación desde Saltillo del nuevo titular de la Policía Preventiva.
Aunado a toda esa innecesaria tensión, comenzaron a circular rumores sobre una posible salida anticipada de Román Cepeda por motivos médicos. La especulación se intensificó cuando el propio alcalde admitió públicamente que enfrentaba problemas de salud, aunque negó que estuviera considerando pedir licencia. A pesar de sus declaraciones, la percepción de ingobernabilidad en el Ayuntamiento de Torreón, sumada a presiones políticas y sociales, alimentó la narrativa de una renuncia inminente.
Aunque Cepeda ha logrado reafirmar su permanencia en el cargo, el gobierno estatal claramente ha tomado cartas en el asunto. Apenas ayer, el alcalde confirmó que se realizarían cambios en al menos seis direcciones municipales, como parte de una "reconfiguración" de su administración. Aunque públicamente se negó que estas modificaciones fueran producto de presiones externas, el contexto político sugiere que se trata de una medida para alinear la gestión municipal con los intereses del Estado.
Entre los funcionarios que dejaron sus cargos se encuentra José Elías Ganem Guerrero, Secretario del Ayuntamiento, quien tenía apenas meses en el encargo, cuya salida fue interpretada como parte de un reacomodo más profundo. También se mencionan relevos en áreas clave como Tesorería, Vialidad, entre otras.
La relación entre Román Cepeda y Manolo Jiménez es producto del estilo de Román, que no siguió las formas que en su oficio deben observarse, particularmente si el gobernador es del PRI. Aclarando que esto es una especulación de quien esto escribe, Cepeda González seguirá en el encargo que ganó en las urnas, no se irá por lo menos en el corto plazo, pero ni duda cabe que ha sido muy acotado, maniatado. Se lo buscó.
¿Qué sigue? el control político de Torreón y la proyección de futuros cuadros. Mientras Cepeda busca consolidar su liderazgo local, Jiménez intenta mantener la cohesión estatal.