
ESPECIAL
La salud íntima de las mujeres ha estado históricamente envuelta en vergüenza y miedo debido a tabúes sociales que han minimizado la importancia de este tema. Desde los orígenes de la ginecología en Occidente, se ha construido una narrativa oscura que persiste hasta hoy.
En el siglo XIX, desde una perspectiva masculina y sin considerar el dolor ni las necesidades de las mujeres, el médico estadounidense James Marion Sims desarrolló el espéculo vaginal.
Este dispositivo contaba con hojas metálicas que se abrían mediante un mecanismo de tornillo, lo que hacía que la experiencia fuera invasiva y dolorosa desde sus inicios. Un dato inquietante sobre este proceso es que Sims realizó las primeras pruebas del espéculo en mujeres esclavizadas, sin su consentimiento.
Aunque el espéculo ha evolucionado ligeramente desde entonces, el diseño original sigue presente en los modelos actuales. Por ello, durante siglos, las mujeres han tenido que lidiar con una experiencia dolorosa al momento de ir a una revisión ginecológica que, en lugar de resultar beneficiosa, se ha convertido en algo traumático; tanto así que muchas lo asocian con una forma de tortura.
Estudios citados por dos ingenieras de la Universidad de Delft, en los Países Bajos, indican que entre el 21 % y el 64 % de las mujeres manifiestan ansiedad o miedo durante los exámenes pélvicos.
Este trauma ha llevado a muchas a evitar las consultas, alimentando así el miedo y la desinformación sobre los beneficios de la revisión ginecológica, lo que conlleva el riesgo de no detectar a tiempo enfermedades como el cáncer de cuello uterino o el Virus del Papiloma Humano.
Debido a ello, varias mujeres han desarrollado prototipos de espéculos menos invasivos y más cómodos.
¿Qué es Lilium y cómo funciona?
Lilium es el resultado del esfuerzo de las ingenieras Tamara Hoveling y Ariadna Izcara Gual, de la Universidad de Delft. Ambas rediseñaron el espéculo tradicional con la intención de mejorar la experiencia de las consultas ginecológicas, teniendo en cuenta las necesidades y el bienestar de las mujeres y personas con útero.
El diseño de este prototipo está inspirado en un lirio (que culturalmente simboliza delicadeza y suavidad) y, a diferencia del espéculo tradicional, Lilium se asemeja a un tampón en su forma de aplicación. Está compuesto por un mecanismo de tres “pétalos” hechos de plástico blando, que se adapta mejor a la anatomía femenina, permitiendo una apertura más controlada y con menos presión.
El objetivo es que las mujeres puedan sentirse más cómodas y menos ansiosas durante la consulta, reduciendo significativamente el trauma asociado con los exámenes ginecológicos. Además, facilita el trabajo del personal médico, permitiendo una mejor visualización de las paredes vaginales sin tanto esfuerzo.
¿Lilium estará disponible pronto?
Lamentablemente, aún no. El dispositivo se encuentra en una etapa temprana de desarrollo y aprobación clínica en Europa. Sin embargo, este proyecto ha generado expectativas positivas a nivel internacional gracias a los buenos resultados que ha tenido hasta el momento.
Uno de los principales retos que ha enfrentado su progreso ha sido el financiamiento. Hasta ahora, el proyecto ha logrado avanzar gracias a campañas de recaudación colectiva y al respaldo de una comunidad comprometida con el cambio. Según Hoveling:
“Es una prueba de que hay gente que realmente quiere un cambio, de que existe un problema real y de que las soluciones actuales del mercado no son las mejores”.
Este respaldo colectivo refleja no solo la urgencia de transformar el panorama actual, sino también la creciente demanda por alternativas médicas que prioricen el bienestar social y emocional de las mujeres por encima del lucro.