En las transitadas calles de Torreón, encontramos a Francisco Enrique, un hombre de 51 años que ha dedicado más de 17 años de su vida a la antigua profesión de 'bolero de cajón'. Con habilidades aprendidas de otros boleros y una pasión inquebrantable por su oficio, Francisco se ha convertido en un ícono de la tradición en la ciudad.
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