Untitled Film Stills #11.
Cindy Sherman es una artista visual estadounidense reconocida por su trabajo en el campo de la fotografía conceptual, siendo una de las figuras más influyentes en la fotografía contemporánea, con más de cuarenta años de trayectoria que la han situado en una posición de gran relevancia dentro del panorama artístico. Estudió en el State University College de Búfalo (Nueva York), y el índice ArtFacts la ubica dentro de los primeros diez lugares entre los artistas más importantes actualmente. Es famosa por sus autorretratos, en los que asume múltiples identidades y papeles, explorando cómo la identidad y el género son construcciones sociales influenciadas por la cultura y los medios de comunicación. A lo largo de su carrera, Cindy Sherman ha cuestionado y desafiado las representaciones de las mujeres en el arte, la publicidad y el cine, utilizando disfraces, maquillaje y escenarios para transformar su apariencia en sus imágenes.
Uno de los temas principales en su obra es el análisis de los estereotipos y las narrativas visuales que afectan la percepción del cuerpo femenino. La fotógrafa se ha centrado en explorar cómo las imágenes de las mujeres han sido tradicionalmente construidas por y para el consumo masculino, usando su propio cuerpo como un lienzo para confrontar y desmantelar estos paradigmas.
UNTITLED FILM STILLS
Su trabajo más importante y reconocido es la serie Untitled Film Stills (1977-1980), una colección de 69 fotografías en blanco y negro donde Sherman se representa a sí misma como personajes ficticios inspirados en estereotipos femeninos de las películas de Hollywood y cine noir de los años cincuenta y sesenta. Cada imagen evoca escenas cinematográficas que parecen familiares, pero no existen realmente, lo que conduce a una reflexión crítica sobre cómo los medios crean y perpetúan los arquetipos femeninos. Esta serie consolidó la reputación internacional de la artista y es considerada un ícono en el arte contemporáneo y la crítica cultural.
Entre los roles que Sherman interpreta en Untitled Film Stills se encuentran la colegiala inocente, la ama de casa, la femme fatale, la diva o la intelectual, figuras que han sido construidas y fetichizadas por la cultura visual patriarcal. El número de imágenes en la serie es simbólico. El 69 se ve exactamente igual incluso si se voltea completamente al revés. Por lo tanto, podría parecer que las fotos de la serie reafirman los arquetipos que representan; sin embargo, la obra de Sherman es un ejercicio de subversión. Utilizando su propio cuerpo, la artista cuestiona la performatividad del género y la representación de la feminidad.
La parodia es un elemento central en la obra de Sherman. No simplemente reproduce imágenes de mujeres; las deconstruye, desestabilizando las ideas preconcebidas sobre la feminidad. Las identidades que ella representa no son auténticas; son copias, simulacros que exponen la artificialidad y arbitrariedad de los roles de género.
Al mantener sus fotografías sin título, la artista evita que se les imponga un significado único o definitivo. Esto desafía la tendencia a categorizar y fijar identidades, subrayando la ambigüedad inherente a la feminidad. Además, la palabra stills (fotogramas) sugiere algo congelado, pero que en el contexto de la serie se repite con ligeras variaciones, invitando a una revisión constante. La colección nos empuja a preguntarnos si las mujeres que Sherman representa están atrapadas en estos roles o si, mediante la ironía, logran trascenderlos.
Estéticamente, las imágenes de Sherman evocan el glamur de las películas clásicas, pero de una manera que resulta perturbadora. Los personajes aparecen a menudo fragmentados o alienados, y los espacios que ocupan son estrechos y claustrofóbicos, como si las figuras estuvieran atrapadas en sus propios papeles. Esta presentación del cuerpo femenino como algo grotesco o desmembrado desafía los estándares de belleza tradicionales, señalando cómo la feminidad es disciplinada y moldeada por las expectativas culturales.
CRÍTICA E INTERPRETACIONES
Untitled Film Stills fue adquirida por el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1995, y ha sido objeto de múltiples interpretaciones, desde el feminismo hasta la teoría postmoderna. Críticos como Craig Owens —teórico cultural estadounidense, influyente en el desarrollo del posmodernismo en las décadas de 1970 y 1980—, en su ensayo El discurso de los otros: feministas y posmodernismo, señala que el espectador ideal de estas fotos debería ser invariablemente masculino, lo que ha generado debates sobre si Sherman realmente subvierte las estructuras de poder o las refuerza. Sin embargo, otros sostienen que el verdadero impacto de la serie reside en su ambigüedad y en la capacidad de provocar una revisión crítica en quien la observa.
Uno de los aspectos más discutidos es la mirada de los personajes, quienes no buscan atraer al espectador, pues están perdidos, viendo hacia algún lugar más allá del marco. Esta evasión de la mirada masculina desafía la narrativa tradicional del deseo, sugiriendo una introspección o una conexión con un yo interior que no puede ser capturado o dominado. Las actrices ficticias que interpreta Sherman parecen estar atrapadas en una ensoñación, evocando a personajes literarios como Esther Greenwood, la protagonista de La campana de cristal (1953) de Sylvia Plath. Esther se enfrenta a las expectativas de la sociedad sobre el rol de la mujer, especialmente en cuanto a la maternidad y la familia, pero lucha por encontrar su propia identidad fuera de esos confines.
En este juego de representaciones y repeticiones, Sherman problematiza la noción de la identidad femenina. Al actuar y posar como múltiples personajes, la artista desafía la idea de un yo homogéneo y estable, sugiriendo que la feminidad es una lucha de significados en constante disputa. Estos elementos, como las miradas perdidas o los gestos incómodos, funcionan como “heridas” que exponen la fragilidad de las construcciones culturales del género.
El legado de Untitled Film Stills reside en su capacidad para permanecer relevante y desafiante. En una era en que las imágenes siguen jugando un papel crucial en la construcción de identidades, la obra de Sherman nos recuerda que la representación está cargada de intencionalidad. Es un juego de poder y control, pero también de resistencia y subversión. Sherman, al convertirse en fotógrafa, modelo, actriz y directora de su propia obra, toma control sobre la narrativa de la feminidad, obligándonos a enfrentar las complejas relaciones entre género, poder y representación.
En última instancia, Untitled Film Stills es un espejo que refleja los mitos culturales sobre la feminidad, así como nuestras propias complicidades y resistencias. Nos impulsa a desentrañar las historias asumidas, para así adentrarnos en la posibilidad de reconstruir nuestro propio relato con una mirada más consciente.