¿Cómo dejar de tomar refresco? 7 consejos efectivos
El refresco se volvió una de las bebidas imprescindibles en el comedor de los hogares mexicanos. Desde situaciones cotidianas hasta festividades, esta bebida parece estar incrustada en la dieta en México. Sin embargo, su consumo puede traer consecuencias incluso mortales.
Datos de Gaceta UNAM mostraron que México ocupó el primer lugar en 2019 entre los países con mayor número de consumidores de refresco con 163 litros por persona, lo que significó un 40 por ciento más que Estados Unidos, país que ocupó el segundo lugar con 118 litros.
¿Por qué tomamos tanto refresco?
Según el análisis ¿Por qué tomamos tanto refresco en México? Una aproximación desde la interdisciplina, el alto consumo no sucedió casualmente, sino que deriva de un conjunto de procesos políticos, económicos y sociales que permitieron un acceso generalizado al refresco, bebida anteriormente de la élite.
Asimismo, la mercadotecnia tiene importancia dentro de la permanencia de esta bebida al asociarle con valores de la convivialidad, rituales, festejos y emociones positivan que refuerzan su consumo.
Aunque parezca imposible, existen algunas medidas que pueden funcionar para dejar de consumirlo. Tu salud y tu bolsillo lo agradecerán, incluso, a largo plazo.
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Expertos en nutrición respaldan su consumo.1. Reduce gradualmente el consumo
No tiene que dejarse de golpe, sobre todo si eres consumidor regular. Quitarla de forma drástica podría causar síntomas de abstinencia a la cafeína, tales como dolores de cabeza, fatiga, ansiedad, irritabilidad y baja energía. Para evitar estos síntomas lo mejor es reducir gradualmente su consumo.
Es posible comenzar por cambiar de regular a light o tomar latas más pequeñas. Poco a poco reduce la cantidad hasta dejarlo. Si el antojo de dulce no cesa, opta por aguas frutales endulzadas con ingredientes naturales.
2. Sustitúyelo con otras bebidas
Si piensas que algunos platillos se disfrutan más si se combinan con refresco, prueba el agua mineral con sabor a fruta, esta bebida brinda la misma sensación de efervescencia que un refresco. También puedes elegir entre tomar agua natural, jugos naturales, infusiones o té verde.
3. Evita el hambre
El hambre es traicionera y puede provocar que caigas en antojos. Procura comer un snack o botana saludable entre comidas para cubrir los requerimientos nutricionales diarios y evitar el hambre. Elige entre frutas, galletas de avena, almendras, pistaches, cacahuates, yogurt, etc.
4. Cámbialo por café
Se trata de una alternativa con menos calorías. Para que el cambio valga la pena, se recomienda no excederse en la cantidad de azúcar, leche, crema batida u otros ingredientes que pueden incrementar el azúcar y las calorías.
La dosis recomendada para adultos sanos es de 400 miligramos de cafeína al día, es decir, entre dos a tres tazas de 12 onzas líquidas. Sin embargo, la sensibilidad a la cafeína varía en cada persona, así como la rapidez con la que el cuerpo la elimina.
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Menos azúcar, más salud.5. Bebe antes un vaso con agua
La sed suele ser pretexto para tomar refresco, por lo que antes de consumirlo procura beber un vaso con agua. Al terminar es posible que la sed se haya saciado o ayude a sentirse satisfecho más rápido al tomar refresco, por lo que estarás consumiendo menor cantidad.
6. Aléjate de la tentación
Quizá no sea posible evitar por completo algunos escenarios donde consumir refresco sea un hábito, como el trabajo o la escuela. En este punto, darle la vuelta a la tentación puede ser más sencillo de lo que crees.
Utiliza un termo para rellenar de agua u otra bebida con la que sustituyas el refresco para tener una alternativa y no sucumbir ante los antojos. Quizá también puede ser factible dejarlo sólo para ocasiones especiales.
7. Un día a la vez
No te presiones y fija metas cortas. Ten a la mano un calendario y marca los días que no bebas refresco, esto servirá para motivarte y tener un panorama visual de cómo tu salud se ve beneficiada. Piensa un día a la vez: "sólo por hoy no tomaré refresco". El esfuerzo de hoy rendirá frutos mañana.